Con unos efectos especiales que cuando la ví hace décadas me resultaron bastante buenos y ahora dan un poco de lástima, lo que nos queda es una comedia de terror pasable. El actor protagonista transmite una simpatía que es difícil de encontrar en los actores de hoy en día. Los excesos de la película son a la vez lo mejor y lo peor, dependiendo del momento, pero como la película no se toma en serio a sí misma, está claro que debemos divertirnos al máximo. No se debe comparar en absoluto con su predecesora: el planteamiento de esta es mucho más gamberro y paródico que el de la anterior. La escena inicial de la Torre Eiffel deja muy claro el tono que va a presentar todo el film: lo tomas o lo dejas, pero es coherente consigo mismo.
Una mala demo y una buena demo
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Vídeo donde explica qué hace que una demo sea buena y cuando no, en un
momento que los early access y los trailes parece que las han sustituido.
Visto e...
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