Como precuela de una serie shonen de turno de éxito, de demonios y críos con poderes, se supone que no deberías necesitar haberla visto para entender la simple trama que tiene y así es, no hace falta, pero quizá sí haga falta para que empatices algo con estos acartonados y típicos personajes cien veces vistos. Se le podría disculpar si al menos tuviese esa hinchada duración y las escenas de acción mejor hechas, pero recuerda a esas OVAs de Dragon Ball que claramente eran un intento de sacar cuartos en los cines aprovechando el tirón de la serie en la televisión.
Una mala demo y una buena demo
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Vídeo donde explica qué hace que una demo sea buena y cuando no, en un
momento que los early access y los trailes parece que las han sustituido.
Visto e...
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