Con un Nicolas Cage muy exagerado (no sé hasta que punto es cosecha de su exagerado actor de doblaje), muy en la línea de Mom and Dad. Si sabemos que todo este invento está basado en el relato “El color que cayó del cielo” del mítico de H.P. Lovecraft, enseguida veremos que la película hace agua y vuelve a demostrar lo difícil que es adaptarla. Por mucho y muy bien que te intentes currar la base de la película (ojo, se nota esmero y, de hecho, tarda en meterse en faena), por muy contenido que creas tener a Cage, por muy bien que estés intentando amortizar tu bajo presupuesto, todo termina yéndose al traste en un último tercio verdaderamente espantoso. Porque la intriga o una mínima tensión es necesaria para este tipo de películas no un cóctel de luces y malos efectos prácticos, mal CGI y pésimas actuaciones.
Porqué nos cabrean los MOBA
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Si alguna vez no te has cabreado seriamente jugando el LOL, DOTA2, HOTS y
similares, es que o tienes un autocontrol increíble o no has jugado apenas.
La ...
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