Tanta promoción, que si el salvador del quemado UCM, etc., ponían el listón alto pero también encendían las alarmas sobre posible pufo y no ha sido ni lo uno ni lo otro. Deadpool ya empezaba a cansar en su segunda entrega, el camino por el que iba a ir estaba claro, por buscar el meme. Parece que se han hecho dos películas una para contar la historia y otra para generar contenido para promocionarla por internet, poses, chascarrillos, etc.
Para un espectador convencional le va a parecer atroz el personaje principal, para el fan lo mejor, y para alguien intermedio hay muchos chistes que no son tan graciosos si no muy pesados. Muchos cameos de muchos personajes que estaban en el olvido u otros un poco ingeniosos, cosa que atrae a los fans, en lo que es el hilo y la trama, hay que decir que es ágil, pero fácil, no tiene nada del otro mundo. El desarrollo lo hacen los personajes que van apareciendo y no mucho más, ya que resulta bastante básica la trama. Y sí, posiblemente pegue con el personaje pero no hay que abusar tanto. 127 minutos, por meter tantos tacos, es exagerado, adelgazar especialmente el anticlimax de la familia Ryan Reynolds le hubiera venido muy bien.
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