Un argumento que a priori parece interesante y con miga, aparece una raza de vampiros que se alimenta de vampiros por lo que Blade y otros vampiros se ven forzados a unir fuerzas, se ve hundido por un pésimo desarrollo y unas escenas de acción de videojuego. Todo el dramatismo de la primera se esfuma, las peleas resultan tan fantásticas que aburren, la relación entre los personajes no convencen y el final ñoño lo fastidia todo aún más. Que la prota se queme poco a poco, que el vampiro viejo tenga la sangre azul, que los planos en los que los personajes intentan pasar desapercibidos estando a metros de los vigilantes, son detalles tontos, pero abundan tanto que se cargan la ambientación. Wesley Snapes salva un poco la película con algún momento de humor negro y el malo de turno, Nomak, está muy logrado tanto por caracterización como por motivaciones. En fin, es una película de acción con vampiros ramplona y que es un insulto para la primera parte, pero si no has visto la primera entrega, ésta se deja ver.
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