Sinopsis: Esta segunda parte se centra en la búsqueda de Luisa Llorente, una tasadora de fincas que recibió el encargo de evaluar la casa de Lázaro Valdemar y de la que no se ha vuelto a saber nada. De la búsqueda de la desaparecida se encargan, por un lado, Nicolás Trámel, detective contratado por Maximilian Colvin, jefe de Inmoverance, empresa para la que trabaja Luisa, y por otro, sus compañeros de trabajo Ana y Eduardo, que se proponen colaborar con el detective.
Si tenías alguna esperanza en que los errores de la primera entrega se corrigiesen y las cosas buenas continuasen, te aviso de que no podías estar más equivocado. Lo que debería haber sido el tramo final de la anterior entrega se alarga con absurdas persecuciones y otro flashback que te une con la historia. El desenlace, horrible. Ya no por los efectos especiales de una película para televisión, ni por la falta total de argumento si no por el horrible guión y manera de actuar de los protagonistas. Las últimas escenas parecen un cutre capítulo de Hospital Central y ni la aparición de Cthulhu es suficiente para tapar la mierda que es esta película.
Porqué nos cabrean los MOBA
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