
La película no trae nada nuevo en cuanto a retratar a macarras, yonkis y delincuentes de barrio. La mayor parte del reparto tiene unas actuaciones poco creíbles por lo exagerados que son, quizá se salva Daniel Guzmán porque estamos acostumbrados a verlo en otro registro. La película mezcla varias tramas diferentes, sin llegar a profundizar en ellas y ninguna llega a convencer. El tema del boxeo sólo sirve de excusa para presentarnos un irregular drama social, con jóvenes delincuentes en el barrio de Vallecas y claro énfoque femenino, pero la cinta no apunta maneras, ni en el deporte, ni en el drama.
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