Con un estilo de animación tosco, pero que derrocha personalidad, que te hará recordar a la animación de entregas como la película Heavy Metal, se siente antigua, pero se agradece que no sea ese estilo cartoon impersonal y clónico que han instaurado Pixar/Disney, Warner y Dreamworks. Los directores crean un mundo con sus propias razas y reglas, mezclando referentes prehistóricos junto a otros que recuerdan al medievo o al mundo árabe. La flor que mueve la historia tiene gran poder, pero a través de los diferentes relatos, vemos una constante acerca de la búsqueda incontrolada de poder, abuso de la fuerza, injusta repartición de los recursos. Un universo fantástico como los que hicieron las delicias de muchos adolescentes en los años ochenta. Y no como una historia con nuevos roles, salvo por algún guiño a la sociedad actual. Como la joven bibliotecaria negra que aparece en uno de los pasajes luchando contra la dominación de los blancos. Esto no es Disney, de acuerdo. Pero que se vean hasta las vísceras no es motivo para pensar que es un proyecto arriesgado. Solo es una película para ese público adulto que sigue disfrutando de las posibilidades de la animación y quiere algo más de nicho.
Porqué nos cabrean los MOBA
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Si alguna vez no te has cabreado seriamente jugando el LOL, DOTA2, HOTS y
similares, es que o tienes un autocontrol increíble o no has jugado apenas.
La ...
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