Sinopsis: En un régimen totalitario, situado en un mundo futuro, se ha conseguido eliminar la guerra a base de suprimir todas las emociones: los libros, el arte y la música están estrictamente prohibidos, y los sentimientos se consideran crímenes que deben ser castigados con la muerte. Clerick John Preston es un agente del gobierno cuya misión consiste en ejecutar a quienes desobedezcan estas reglas; sin embargo, en un cierto momento empieza a preguntarse cuáles son sus sentimientos y emociones y si merece la pena carecer de ellos.
Tenía buenas referencias de “Equilibrium”, que ensalzaban su acción desbordante y su estética, emparentada directamente con “The Matrix”. Sin embargo, después de ver la cinta, debo decir que se les pasó la mano con los elogios. Es una película que no aporta nada al género, todo te resulta ya visto. Se hace larga en varios momentos y la historia de antiguo defensor del régimen que se pasa a la revolución está muy visto y aquí al hacerlo tan lento resulta aún más cansino. En cuanto las escenas de acción sólo algunas merecen la pena, desgraciadamente hasta el final de la película no las verás. En cuanto a la trama de ciencia ficción, poco explicada de cómo se llega a esa situación y poco verosímil eso de "suprimir emociones".
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