Sinopsis: Desde el inicio de los tiempos Apocalipsis, el mutante más poderoso que ha existido nunca, era adorado como un dios mientras acumulaba los poderes del resto de mutantes convirtiéndose en un ser inmortal. Tras miles de años dormido, despierta en un mundo que no le gusta y por ello recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Pero el Profesor X, con la ayuda de Mística, se unirá a un grupo de jóvenes mutantes para tratar de detener al mayor enemigo contra el que se hayan enfrentado jamás.
Tras la redención que supusieron las nuevas entregas, que en gran parte corrigieron las pésimas adaptaciones de la trilogía original, esta tercera precuela vuelve a las andadas y nos hará recordar lo bien que se hizo la anterior entrega y lo plomazo que resulta ésta. Esta película se siente la más vacía, innecesaria y aburrida de todas las X-men. Los personajes, pese que el plantel siga siendo el mismo, han perdido mucho carisma.
Si se toma la desacertada decisión de hacer que la película dure dos horas y media, no puedes concentrar toda la acción en cuatro escenas al final y encima ejecutarlas de una manera tan poco inspirada. Cualquier pelea de segundos de la anterior entrega estaba mejor plasmada que el aburrido enfrentamiento con Apocalipsis. En definitiva, más vale que cuando lancen el reboot que sustituya a la trilogía original lo hagan de otra manera si no quieren seguir en la espiral de bazofia en la que se están encaminando.
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