Elegí verla en MAX y sí, perdí el impacto de ver esas escenas de paisajes imposibles en una pantalla gigante y sonido envolvente, pero sabía que era la única forma de no sufrir el bostezo que me ocurrió con la primera entrega. Porque así podía verla en varias sesiones, la película es excesivamente larga, el ritmo no está conseguido y el final es bastante atropellado. Aún así no es mala película, tiene momentos muy logrados y el viaje del "elegido" de turno, pese a ser un recurso tantas veces visto, convence.
Ese circuito no tan abierto de Crazy Taxi
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Ya hemos hablado de cómo la nostalgia altera nuestra percepción sobre esos
juegos de nuestra infancia y/o adolescencia. Con Crazy Taxi tenemos uno de
eso...
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